Cuidados y Síndrome de Burnout
Cuidados y Síndrome de Burnout
Cuidar conlleva una serie de comportamientos y acciones que incluyen conocimientos, valores, habilidades y actividades, con el fin de mantener y mejorar la calidad de vida de las personas mayores suministrando los cuidados necesarios que requieran. Cuando se cuida a “otro” se realiza en interacción recíproca, en el respeto por la mutua unicidad, reconociendo el contexto e historia del otro y respetando el potencial del otro como cuidador de sí mismo. En Uruguay, debido a la alta expectativa de vida, hay una importante demanda de cuidados de personas mayores con dependencia o aquellas que necesitan ayuda para realizar alguna tarea de la vida diaria.
La tarea del cuidado es una de las situaciones generadoras de estrés, no solo por la responsabilidad que conlleva sino por el compromiso personal de asumir el cuidado de otro, cuidado que muchas veces implica tomar decisiones por esa persona.
Es importante tener en cuenta que tanto los cuidadores formales como informales están expuestos a la sobrecarga física, psíquica y social que implican los cuidados a largo plazo.
En el ámbito geriátrico se ha investigado el estrés, porque la prestación de servicios de cuidados a las personas mayores dependientes durante un tiempo prolongado, puede convertirse en una tarea física y emocionalmente agotadora para los cuidadores e influir de forma negativa sobre su salud y bienestar personal
¿A qué llamamos Síndrome de Burnout?
A un proceso caracterizado por el agotamiento, decepción y pérdida de interés, consecuencia del trabajo cotidiano desarrollado por personas dedicadas a las profesiones de servicios.
Las causas son multifactoriales:
Personales: los cuales estarán relacionados con las características de personalidad destacando, estrategias de afrontamiento, capacidad de toma de decisiones, capacidad de relacionarse, capacidad de frustración, elaboración, etc.
Profesionales: características de atención, trato directo con el adulto mayor y su familia e implicancia emocional
Organizacionales: tendrán que ver con las características de la institución, sus objetivos, el tipo de organización, cómo administran los recursos humanos y materiales
El Síndrome de Burnout es un cuadro crónico en el cual se experimenta:
- Agotamiento emocional
- Despersonalización o deshumanización
- Falta de realización personal
- Síntomas físicos de estrés
Manifestaciones mentales:
- Sentimientos de vacío
- Agotamiento
- Fracaso
- Impotencia
- Baja autoestima
- Nerviosismo
- Inquietud
- Dificultad para la concentración
- Baja tolerancia a la frustración
- Comportamientos agresivos
Manifestaciones físicas:
- Cefaleas
- Insomnio Algias
- Osteomusculares
- Alteraciones gastrointestinales
- Taquicardia
Manifestaciones conductuales:
- Predominio de conductas adictivas y evitativas
- Consumo aumentado de café, alcohol, fármacos y drogas ilegales
- Ausentismo Laboral
- Bajo rendimiento laboral
- Distanciamiento afectivo de los enfermos y compañeros
- Conflictos interpersonales (Trabajo y Familia)
La presentación de este cuadro se puede dar en:
Forma leve: Síntomas físicos vagos e inespecíficos (dolores de cabeza, de espalda). La persona se vuelve poco operativa.
Forma moderada: Insomnio, déficit atencional y de concentración. Automedicación.
Forma grave: Mayor ausentismo, aversión por la tarea, cinismo. Abuso de alcohol y psicofármacos.
Forma extrema: Aislamiento, crisis existencial, depresión crónica y riesgo de suicidio.
Para diagnosticar un síndrome de Burnout debe estar presente la tríada.
- CANSANCIO EMOCIONAL
- DESPERSONALIZACIÓN
- FALTA DE REALIZACIÓN PERSONAL
¿Cómo podemos prevenir?
Debemos enfocarla desde la dimensión individual, grupal y organizacional.
En lo individual es importante equilibrar nuestras áreas vitales buscando espacios de disfrute con la familia, amigos, respetar descansos y licencias. Asimismo la capacitación en la tarea es un factor importante, ya que protege y permite un mejor afrontamiento de las situaciones problemas planteadas en el ámbito laboral.
Conocer nuestras capacidades y limitaciones, lo cual nos permitirá solicitar ayuda cuando se necesite.
Desde lo grupal: es importante fomentar una buena forma de trabajar entre los integrantes del equipo de trabajo, facilitar espacios informales y formales (discusión de casos, reflexiones, organización del trabajo, etc).
Desde lo organizacional: es importante una buena comunicación y accesibilidad a los diferentes sectores de la organización, favorecer espacios de intercambio, la capacitación y una periódica evaluación de la tarea que permita retroalimentar con nueva información a los involucrados. También es importante el reconocimiento y la valoración del personal que actúa como cuidador.
La Lic. Mónica Lupani (en su trabajo “El cuidado del Cuidador”) plantea que el cuidador tiene que reconocerse como vulnerable, porque en la medida que uno acepta que alguna situación le afecta es capaz de pedir ayuda y le permite vivir una experiencia vital.
Cuidar de alguien puede ser gratificante pero también puede ocasionar muchos perjuicios en la salud física y mental.
En general nos referimos a la calidad de vida de los mayores y no registramos a aquellos que se hacen cargo de sus necesidades. Es importante dedicar tiempo y recursos para mejorar también la calidad de vida de éstos. La calidad de vida del cuidador repercutirá en la calidad del cuidado.
- Universidad Maimonides. Buenos Aires. Carrera de especialización de Psicogerontología. Psicoterapia Familiar y Grupal I. Cuidados informales y formales. Lic. Mónica Lupani.
- IMSERSO Cuidados de larga duración.
- Walsh Froma. Resiliencia familiar. Editorial Amorrortu. Argentina. 2005
- Zarebski G. Hacia un buen envejecer. Editorial EMECE. Argentina. 1999.
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